martes, 17 de noviembre de 2009

170.- Expediente número 43

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Sur de Irán, fuerzas especiales americanas infiltrada en laboratorios secretos, tenían la orden de localizar y destruir armas biológicas. El grupo de asalto se encontraba junto la puerta del laboratorio. En silencio entraron. El laboratorio parecía un extraño experimento de mutaciones humanas. En el centro había enormes recipientes con órganos humanos flotando en un líquido transparente y burbujeante. Michael avanzaba por la izquierda de la sala, investigando las cápsulas iluminadas, dentro habían personas en un estado letárgico. Desenteló con la mano uno de los cristales para ver mejor, al hacerlo el humano en su interior abrió los ojos, Michael retrocedió unos pasos y a punto estuvo de golpear los recipiente, el humano volvió a cerrarlos. La última cápsula estaba abierta.
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Había otra puerta al fondo de la sala, salía luz por debajo. No constaba en los planos. El teniente golpeó con dos dedos a John y Samuel, entrar y eliminar. John lanzó una granada de humo, se colocaron las gafas infrarrojas para poder detectar el calor de los cuerpos. Contaron hasta 3 y entraron. La sala era pequeña y contenía solo una cama desecha. No había presencia humana, ni siquiera rastro de calor. El humo se había dispersado y se habían quitado las gafas. Una gota de líquido impactó sobre el hombro de Samuel, sorprendidos miraron hacia arriba. La luz se apagó, se oyeron disparos y golpes. El teniente y el resto del grupo aguardaban. Los disparos cesaron y en la puerta apareció John, se desplomó al instante. Detrás de él apareció otra figura, parecía humana, pero muy delgada y con un brazo más corto que el otro. Parecía no tener ojos. Dispararon. Se escondió rápidamente detrás de los recipientes, estallaron en mil pedazos. Se movió rápidamente hacia la derecha y alcanzó al teniente. No pudo reaccionar y notó como algo frío le atravesaba el pecho. Los dos miembros restantes abandonaron la sala. Aquella cosa los seguía lentamente, arrastrando una de sus extremidades. Cuando llegaron al helicóptero en el tejado, descubrieron que el piloto no estaba. Tomaron los controles y lo encendieron. Apareció delante de ellos, alzó el cuerpo del piloto. Se giró y cogió velocidad para golpearlos con la cola de hueso y carne.
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autor: bajoqueto (conte amb 365 paraules justes)
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10 comentarios:

Marta dijo...

Fa esgarrifar, només d'imaginar-me aquesta mena de monstre i els humans dins les capsules de vidre... AAAAAAAAAA! I quan obre els ulls........Terrorífic!

bajoqueta dijo...

bajoqueto que m'has vist moltes pelis jajaja. A mi lo de "había enormes recipiente con órganos humanos flotando..." me va donar un fàstic...

M'agrada lo diferent que escrivint un i altre.

Moltes gràcies pel conte guapo!

Carme Rosanas dijo...

Terrorífic de veritat!

Esgarrifances màximes...

assumpta dijo...

Mama... por!!!
Molt ben escrit Bajoqueto, Felicitats!

Ara, entenc que pot donar per a una continuïtat ni que sigui fora de novembre, no? Esperarem.
;)

Garbí24 dijo...

mare meva sort que es un compte....

Pep dijo...

Us imagineu que això sigui veritat ?
No vull ni pensar el que vindrà després.
Intens i ben escrit.

kweilan dijo...

Aquestes històries de monstres estranys sempre em fan molta por! I aquest ho ha aconseguit. Bon conte!

Elfreelang dijo...

Realment aterridor i vés a saber si ja n'hi ha de monstres resultats d'estranys experiments...encara que les forces especials americanes també em fan una mica de por...Bon relat!

Carmen Rosa Signes dijo...

Inquietante historia. Me gusta que se desarrolle con tanta acción, le da un ritmo que favorece la tensión de los descubrimientos horripilantes de la trama. Un texto muy ágil.
Carmen

Anónimo dijo...

És un conte una mica de peli, pero era per provar un ambient diferent. Per ara sense continuació.

Gracies a tots i totes ;)

Bajoqueto.