martes, 4 de mayo de 2010

338.- Olfato de familia

Ignacio Calderón tenía una peculiaridad. Podía reconocer a distancia cualquier fragancia. Así iba por la calle y decía, allá va un Ivonne. O bien comentaba hoy me topé con un Klauss en la cafetería.

Su habilidad le había ganado un puesto en su oficina, donde sus compañeros y compañeras de trabajo ponían a desafío su olfato. No importaba si fumaban o mezclaban dos o tres aromas distintos. El siempre lograba dar con la fragancia inicial.

Un día este don lo condujo a una cita con la nueva oficinista del piso seis. Una delicada pelirroja esculturalmente dotada. Ignacio movió sus piezas y fue muy precavido. Antes de regresar a su casa cuidó de cambiar su ropa, lavarse la cara, las manos y no llevar ninguna seña de su cita clandestina.

Llegó a su casa, cenó con su esposa y fue al cuarto de su hija para leerle un cuento como todas las noches. Al verla con los ojos cerrados y creyéndole ya dormida se dispuso a retirarse cuando Iris su hija le preguntó: ¿Papá cómo se llama ella? Recuerda que éste, es un don familiar.

Autor: Álvaro Arrivillaga

COMENTARIOS EN CASTELLANO, GRACIAS!


11 comentarios:

Garbí24 dijo...

Coño con el don familiar...que problemón, abrà qie estarse quieto...

Len0re dijo...

Iba a soltar lo mismo que garbi24, pero ya no hace falta.
Con un don familiar como este no te hacen falta enemigos, los tienes en casa. Un cuento original y con un final sorprendente.

bajoqueta dijo...

Un don bueno para unas cosas y malo para otras, en este caso se le volvió en contra.

Muchas gracias por el cuento Álvaro :)

xaruga dijo...

Tanto como nos gusta que los niños se parezcan a nosotros!...

Anónimo dijo...

Una historia que huele a adulterio. ¡Ojo con las pituitarias en pleno desarrollo!

Luguca

Marta dijo...

Un don hereditario... "Quien a los suyos parece, honra merce" Un cuento original.

◊ dissident ◊ dijo...

¡Vaya con la niña! Sería muy útil en una partida de caza.

senga dijo...

..,y si la realidad siempre supera la ficción...tenemos que la telepatia sucede muy amenudo i en todas las familias...solo hay que afinar un poco la sensibilidad personal i...ya está...gràcias.

Pilar dijo...

Uy! Le pilló la genética...

Laura T. Marcel dijo...

"Cria cuervos,
y te sacarán los ojos"

Tonosepe dijo...

Está muy bien el cuento Álvaro.
Lo único que no se olió es que su hija se oliera algo, jajaja.