Sonó el despertador, aunque ya estaba despierta. Su cabeza volvió a los agridulces del día anterior, pensó... porqué siempre recordamos mas lo malo que lo bueno? No es una incongruencia? Porqué no quedarse con la dulzura y la paz de la conversación de la tarde anterior? Porqué no quedarse con las sensaciones de ese tranquilo paseo por el mar? Con el suave aroma del romero y del pinar? Había que levantarse. Al salir al pasillo vio un pequeño haz de luz en la cocina... pensó que alguien la había dejado encendida... Sorpresa! no era la luz.... era la luna! Desde la ventana, con los primeros claros del amanecer, se veía grande, redonda, plateada, radiante... Fue tal la sorpresa que se quedó mirándola como si nunca antes la hubiese visto... estaba allí, la esperaba.... creyó entender su mensaje... Todo iría bien, nada de preocupaciones, el trabajo, la familia, los amigos... nada de que preocuparse. La vida le seguía regalando un día más, muchos regalos que debería ir descubriendo en cada rincón, en cada lugar... Y mientras recibía su mensaje, se preparó el desayuno; tenía una agradable visita, tenía una invitada para compartirlo... El día iba amaneciendo con colores de alegría... No le importaba que fuese pasando el tiempo, que se le hiciese tarde para el trabajo... valía la pena ese tiempo, ese tiempo era un tesoro; su mensaje de valor incalculable. Cada una tomó su rumbo, desde su coche, la veía alejarse poco a poco, palideciendo, con tonos de oro... la Luna debía ir a iluminar las noches de otras almas que la esperaban para con ella tener una charla, debía dejarles también su mensaje de felicidad, su regalo de paz.
.autora: Pepa, del blog Del-fina
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imagen sacada de Internet
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11 comentarios:
¡¡¡Ay, la luna!!!
Dulce y tierno relato a pesar de ser todo un clásico.
La Luna.. la Abuela Luna, a mi me tiene hechizada, me tiene hipnotizada; y por eso me llama tanto la atención cuando me visita; cuando escribí el mini cuento,no fué en "frio", no fué inventado, fué en ese momento que realmente teniamos esa complicidad.
Gracias por la publicación
Parece mentira que un satélite, que hasta ahora se habia considerado árido, pueda inspirar tantos i variados sentimientos. Quizás el romanticismo predomine, pero también el belicismo. Sensación de paz y nerviosismo extremo. Ha hecho correr rios de tinta. Pepa lo ha expresado de manera magistral.
Todos los "lunáticos" sentimos la Luna como parte de nuestro entorno. Quizá son reminiscencias antiguas de cuando adorábamos a la diosa Selene...
La verdad es que realmente nos influye en nuestra vida más de lo que pensamos, antiguamente le hacian mas caso que ahora.
...la lluna, tan important,inprescindible, pel planeta Terra i també pels humans...gràcies per explicar tan bé una cosa tan difícil de fer com és sentir-nos conectats a la Vida...
Se respira paz en éste paisaje lunar que describes, Pepa. Todo se desdibuja y da que pensar, pero dejándose ir, suave, hasta la luz.
Me encantó leerte aquí!
Cuando observo a la luna me invade una sensación de tranquilidad.
Cuando no la puedo contemplar mi alma
se vuelve ciega i tropieza con la tristeza i la desesperación.
Gracias por escribir sobre ella.
Un relato muy bonito.
Buen relato!
Si que es cierto que la tenemos muy lejos pero nos influye en la vida. Buen cuento, gracias!
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