212.- Magicum

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Salgo de casa dirección la escuela de Saren. He pensado en pasarme antes por casa de Lalia, Educa Velas para tomarme una buena taza de Seker (bebida caliente con un ligero sabor a grosella). Durante el camino a casa de mi querida amiga, me deleito con el olor a menta de los Sirkels (árboles parecidos al roble, pero que despiden un calmante olor a semillas de anís). Ese olor me acompaña hasta llegar al puente viejo que linda con la casa de Lalia, Educa Velas. Su hogar se encuentra en la entrada del sendero de Ortes, y al acercarme a él, el olor de los Sirkels es amablemente desplazado por el brebaje Seker. Mi mágica amiga está esperándome en la puerta, con su pelo blanco, largo y muy liso. Y su rostro joven como una dama de noche inmortal. Sus ojos son como dos soles de color lila y amarillo, y su pálida mano sujeta con delicadeza su inconfundible pipa anisada en sus enigmáticos labios. Me siento en un sofá antiguo y cómodo, y Lalia me explica una historia prohibida y lejana, mientras escucho, saboreo mi taza de Seker, y veo relajadamente las formas maravillosas que inventa el humo de pipa anisada al salir de su boca. Después de escuchar su relato, salgo de su casa y me voy por el sendero de Ortes, hacia la escuela de música de Saren. Ya oigo el familiar sonido del violín de mi amigo Teret, Dedos Inquietos. Y la aterciopelada voz de Tarial, Mirada de Cuarzo. Os preguntareis que me ha contado mi misteriosa amiga Lalia, Educa velas. Pero eso amigas y amigos, merece un relato aparte. Solo os daré una pista. Hay movimiento en la oscuridad. Hay alguien o algo acechando ahí fuera, en la noche. Pero hoy amigos y amigas, dormid tranquilos. Pues el olor de los cuentos aún sigue en el... aire.

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autor José Peña Cuaresma (Wizard), del blog La taberna encantada

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