A Lucía le costó algunos años entender que tanto el amor como la amistad se construían con el tiempo y que, por tanto, era imposible que nacieran así de repente, como lo pudiera hacer, por ejemplo, una flor. Por ello, finalmente se resignó a aceptar que los flechazos eran simples invenciones válidas para ambos casos y que, del mismo modo, tampoco existirían entonces, ni las almas gemelas, ni menos aún, eso de las medias naranjas.
Sin embargo, aquella tarde, todo cambió, sobre todo para Lucía, después de que un chico desconocido le salvará la vida en un cruce de carreteras.
autor: Daniel Sánchez, del blog: Microrelatos a peso
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4 comentarios:
Nunca hay que dar nada por impossible pues en qualquier momento la vida no sorprende con una ilusión
Hacer relaciones es una tarea larga y no sencilla. Estoy seguro que aunque la prota fuese salvada por aquella persona, necesitarían mucho tiempo para llegar a relacionarse.
En los cruces nos vemos obligados a forzar la vista y...todo cambia.
buen microrelato, Dani.
No sabemos qué pasará entre ellos dos, pero que alguna cosa ha surgido seguro.
Nos pasamos el tiempo cambiando de manera de pensar, y cualquier día, por alguna chorrada, volvemos a cambiar en lo que ya no creíamos.
Muchas gracias por el cuento Dani!
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