jueves, 29 de abril de 2010

333.- La última carrera

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Tras dejar al último cliente en su destino, amodorrado, solo y con el taxímetro desconectado, regresa a casa por la carretera sinuosa después de una dura jornada. Curiosea por el retrovisor interior y encuentra sorprendido las pupilas de una señora enlutada que lo observan fijamente desde los asientos de atrás. Se frota los ojos, mira de nuevo por el retrovisor y comprueba que la señora continúa acechándolo con la mirada. Sin perder los nervios, pregunta justo antes de la curva:

- ¿A dónde?
- Todo recto, hacia el precipicio- responde la mujer, agarrándose con fuerza a la guadaña.
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autor: Víctor Lorenzo, del blog Realidades para lelos
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7 comentarios:

Garbí24 dijo...

Taxistes...no mireu el retrovisor...

Laura T. Marcel dijo...

Aquí tambien aplica eso de que el cliente SIEMPRE tiene razón? o lo de que quien paga MANDA?
Muy buen "relatillo". Breve e incisivo.

Anónimo dijo...

Tan bueno como siempre.

Me gusta.

Luguca

bajoqueta dijo...

Dóna mal rotllo! Però m'agrada molt.

Gràcies Víctor!

◊ dissident ◊ dijo...

¿Alguna vez habéis visto la sombra gris de la Muerte? Sobrevuela en círculos, ancha y vaporosa, sobre los lugares grandes del dolor...

Todo esto es para no soltar un taco.

Corto pero intenso.

Elfreelang dijo...

Un conte genial! genial!

Víctor dijo...

Gràcies a tots pels vostres comentaris i disculpeu el retard. La setmana de sant Jordi m'és sempre una mica embolicada. Si en voleu més, passeu pel meu blog, al peu del conte. Una abraçada.